Para Kierkegaard
la angustia es igual que el miedo y dice que este es poco definido. Muestra en
un ejemplo, como lo es el de un hombre al borde de un precipicio. Cuando el
hombre mira hacia abajo, experimenta miedo por caer, pero a la vez siente un
impulso intencional por tirarse. Y comenta que es por esto que es una
experiencia de angustia ya que se tiene una amplia libertad por tirarse o no.
Es por esto que concluye que cuando se tiene la posibilidad y la libertad de
tomar una decisión por más loca que sea, se sentirán temores. Que es a lo que
llama “Mareo de Libertad”.
Se basa desde la
primera experiencia de angustia del hombre, cuando Adán tomó la manzana tuvo la
libertad de escoger entre tomarla o dejarla, pero a diferencia de este, es que
él no tenía claro lo que era “bueno y malo” solo sabía que no podía tomar
alimentos de ese árbol. La angustia que el siente sobre tomar o no la manzana
sin saber que pasaría después fue lo que conllevo a que este pecara, por lo que
Kierkegaard dice que la angustia es la presuposición del pecado.
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